05/12/2007
El Informe de los profesores Chaves y Monzón sobre <i>La economía social en la Unión Europea</i> constata la contribución de la economía social al modelo de cohesión social europeo
El pasado lunes se presentó en Bruselas el estudio La economía social en la Unión Europea, realizado por encargo del Comité Económico y Social Europeo (CESE), tras concurso público, y dirigido por los profesores José Luis Monzón, catedrático de la Universidad de Valencia y presidente de CIRIEC-España, y Rafael Chaves, profesor de la Universidad de Valencia y presidente de la Comisión Científica para la Economía Social y Cooperativa del CIRIEC-Internacional. El Informe es el segundo que presenta CIRIEC este año por encargo de instituciones de la Unión Europea, tras el Manual Europeo para la elaboración de Cuentas Satélite de la Economía Social, elaborado para la Comisión Europea y presentado el pasado mes de febrero.
El nuevo informe se presentó en el marco de una interesante jornada, organizada por el CESE bajo el lema “Economía Social, un sector clave para el crecimiento y el empleo”. La jornada reunió a 200 participantes, la mayoría representantes de los distintos actores de la Economía Social europea y de la administración comunitaria. Entre estos últimos participó el Comisario Europeo de Empresa e Industria y vicepresidente de la Comisión Europea, Günter Verheugen.
12 millones de empleos directos
El Informe constata la importancia de la Economía Social en la UE, con 12 millones de empleos directos en las distintas entidades que la componen. Sólo las cooperativas emplean a cerca de 4 millones de personas y suman 143 millones de socios. La principal y más importante tendencia que se aprecia en la evolución reciente de la Economía Social es su consolidación en la sociedad europea como un “polo de utilidad social”, entre el sector capitalista y el sector público, constituida por una gran pluralidad de actores: cooperativas, mutuas, asociaciones, fundaciones, y otras empresas y organizaciones similares.
Entre las recomendaciones del Informe, se encuentra crear Registros Estadísticos Nacionales de los agentes de la Economía Social, con la metodología elaborada por el CIRIEC para la Comisión Europea; y desarrollar estatutos jurídicos de la economía social y de sus familias.
El estudio concluye que el desafío al que debe hacer frente la Economía Social es el de superar los riesgos de banalización de sus rasgos identitarios, “que son los que le confieren una específica utilidad social”. Para ello, los actores de la Economía Social “deben profundizar en los valores que configuran su núcleo común de referencia, utilizar todas las palancas sociales y culturales que sintonizan con dichos valores para afirmar su propio perfil institucional y lograr un efecto multiplicador de su potencialidad económica y social”.
Cuatro entidades españoles entre los ejemplos relevantes de la economía social europea
Por otra parte, el Informe propone una muestra de casos relevantes de empresas y organizaciones de la economía social europea, entre las cuales se encuentran las españolas Anecoop, cooperativa agraria de segundo grado; Irizar, fabricante de autocares de lujo e integrada en MCC; la cooperativa andaluza de integración Cooperación y desarrollo de Bonares, y la Organización Nacional de Ciegos Españoles (ONCE).
De hecho, España fue aludida positivamente en distintos momentos de la jornada, como uno de los países europeos con mayor reconocimiento de la Economía Social, aspecto que se refleja en la existencia de entidades como la Confederación Empresarial Española de la Economía Social (CEPES); en la actividad de la Dirección General de la Economía Social, del Gobierno de España, que periódicamente distribuye estadísticas de las empresas de Economía Social del país, y en las prácticas de diálogo social como los Pactos Andaluces de la Economía Social, entre CEPES-Andalucía, el Gobierno andaluz y los sindicatos.
Economía social: pilar del modelo europeo de cohesión social
En su intervención, el Comisario Günter Verheugen caracterizó a la Economía Social como uno de los pilares del modelo europeo de cohesión social. En palabras de Verheugen: “las empresas de economía social demuestran una capacidad de respuesta eficaz a los desafíos del siglo XXI y son parte esencial para los logros de la Agenda de Lisboa. Prometo que la Comisión no sólo leerá este Informe, sino que tendrá en cuenta sus propuestas y conclusiones para la aplicación de futuras iniciativas y políticas públicas”.
Por su parte, el portavoz de la Categoría Economía Social del CESE, Miguel Ángel Cabra de Luna, se mostró satisfecho por el estudio, que permitirá “un fructífero y productivo debate sobre cómo se puede hacer avanzar a la Economía Social en la agenda europea”, según declaró.
Durante la jornada, el presidente de la Conferencia Europea Permanente de Cooperativas, Mutualidades, Asociaciones y Fundaciones (CEP-CMAF), Jean Claude Detilleux, anunció que la entidad que preside va a cambiar de nombre para pasar a denominarse Economía Social Europea, lo que supone un espaldarazo definitivo al concepto de Economía Social defendido en el Informe.
Para la elaboración del estudio los profesores Rafael Chaves y José Luis Monzón han contado con el apoyo de un Comité de Expertos formado por Danièle Demoustier, del Instituto de Estudios Políticos de Grenoble (Francia); Roger Spear, de la Open University Milton Keynes (Reino Unido), y Lisa Fröbel, de la Universidad de Östersund, (Suecia). También se ha contado con la colaboración de 52 corresponsales pertenecientes a 24 países miembros de la UE, universitarios, expertos sectoriales y altos funcionarios públicos.
Imagen: José Luis Monzón y Rafael Chaves durante la presentación del Informe.
Disponibles síntesis del Informe en 21 idiomas de la Unión Europea