18/10/2007
Adrián Celaya, secretario general de MCC, asegura que las bases conceptuales de la Economía Social encajan perfectamente en los nuevos retos del siglo XXI
El secretario general del grupo Mondragón Corporación Cooperativa (MCC), Adrián Celaya, aseguró este miércoles que “de cara al futuro”, y “en el plano conceptual” tanto MCC como los otros agentes de la economía social “encajan perfectamente” en los nuevos retos del siglo XXI. Según una información facilitada desde CEPES, entre esos retos Celaya citó la Responsabilidad Social Empresarial (RSE), la necesidad de descentralizar las decisiones y de motivar al trabajador dándole capacidad de decisión; y la ampliación del Estado de Bienestar, combinando la eficacia empresarial y el bienestar social.
Por otra parte, Celaya aclaró durante su intervención que el grupo que dirige “no es una estructura de holding, sino un conjunto de entidades autónomas federadas en un grupo empresarial de la economía social”. Asimismo recordó que cada una de las unidades del grupo empresarial es una cooperativa, por lo que el poder está “en manos de las trabajadores y no de inversores”.
Celaya concluyó que el objetivo inmediato de las empresas de economía social es “conseguir una mayor presencia en el mercado” y recordó de nuevo la necesidad de dotar a este sector de un marco institucional adecuado, que cuente con el reconocimiento de las Administraciones y con el respaldo e impulso de las asociaciones y grupos empresariales de la economía social, para tener un mayor presencia en el diálogo social y económico.
Un ejemplo de acción nacida de la sociedad civil
Por su parte, la directora del Comité Español de Representantes de Personas con Discapacidad (Cermi), Pilar Villarino, defendió que “a la hora de hablar de economía social es importante subrayar que no debemos entender este concepto como algo residual,” que sustituye economía pública y privada en determinados desequilibrios del mercado. Por el contrario, “la economía social agrega más que sustituye”, puesto que es amplia generadora de empleo.
Villarino, apuntó que la economía social posee un “valor añadido indudable” en lo que se refiere a la incorporación de grupos sociales desfavorecidos desde la perspectiva laboral, como es el caso de muchas personas con discapacidad. “La economía social debe entenderse como expresión de las nuevas políticas de ciudadanía: como un ejemplo más de acción nacida de la sociedad civil organizada”.
La representante del CERMI hizo así referencia a los Centros Especiales de Empleo “como claro ejemplo de empresas de economía social”, puesto que representan “un papel esencial hacia la integración de las personas con discapacidad con más dificultades de inserción en el mercado laboral”, tal y como ha puntualizado Villarino.
Los CEE “no solo facilitan empleo remunerado a las personas con discapacidad, sino que les garantizan formación y apoyo permanente en su vida personal y social”, promoviendo el tránsito a la empresa ordinaria, señaló la responsable del Cermi. En España hay más de 1.100 centros especiales de empleo que dan empleo a más de 44.00 personas con discapacidad, la mayoría con grandes dificultades de inserción.