30/06/2022
La investigadora Ana Olveira Blanco, doctora Cum Laude por su tesis sobre el Modelo Cooperativo como organización que favorece la participación de las mujeres en la gestión empresarial y el emprendimiento
En la Facultad de Ciencias Económicas y Empresariales de la Universidad de Santiago de Compostela (USC) tuvo lugar el pasado 22 de junio la defensa de la tesis doctoral de Ana Olveira Blanco, alumna del Programa de Doctorado Oficial en Economía y Empresa de la USC. La tesis, titulada “El modelo cooperativo como organización que favorece la participación de las mujeres en la gestión empresarial y en el emprendimiento”, obtuvo una calificación sobresaliente por unanimidad y fue acreedora de la mención Cum Laude.
La directora de tesis ha sido la profesora María Bastida Domínguez. El tribunal estuvo formado por Carlos García-Gutiérrez Fernández, catedrático de la Universidad Complutense de Madrid (presidente); Isabel Neira Gómez, profesora de la USC (secretaria), y Rafael Chaves Ávila, catedrático de la Universitat de València (UV).
Según explica su autora, la tesis aborda dos ámbitos de estudio: el marco de la economía social como objeto de las políticas públicas, y el análisis del emprendimiento cooperativo como catalizador de la igualdad de género. Esta dualidad de enfoque permite hacer contribuciones teóricas y prácticas en ambos ejes, además de ayudar a comprobar empíricamente algunos planteamientos teóricos previos.
En el primero de estos bloques de estudio se determina que Galicia cuenta con un ecosistema propio de políticas públicas para fomento y apoyo de la ES formado por tres ejes: legal, social y presupuestario. Este conjunto de “elementos vivos y flexibles” son revisados año a año por la Xunta de Galicia, entidad decisiva en su funcionamiento al ejercer, prácticamente en exclusiva, el poder de establecer la dotación económica, dejando poco margen a la cocreación de políticas públicas. Entre los instrumentos existentes para el fomento de la ES gallega destaca la Red Eusumo, tanto por su durabilidad en el tiempo como por el impacto ejercido en el territorio.
En lo que se refiere al emprendimiento cooperativo, los resultados revelan que los principios cooperativos y la adecuación de estos principios a las preferencias individuales de cada persona promotora son motores para el emprendimiento colectivo y la creación de PYMES. Al mismo tiempo, se observa que las personas emprendedoras perciben la materialización de los principios cooperativos como una oportunidad para controlar el proceso de trabajo y, a través de esto, mejorar la concordancia entre la vida y el trabajo, favoreciendo de este modo sus necesidades individuales. Esta relación es más intensa entre las mujeres que en el caso de los hombres.
Para Ana Olveira, estos resultados sugieren que la orientación social de las personas, junto con la referida adhesión a los principios cooperativos, pueden considerarse un motor en la elección del modelo cooperativo como fórmula societaria para emprender, asumiendo que su gobierno y gestión está guiado por prioridades diferentes a las que imperan en otros modelos empresariales orientados a la maximización de beneficios. Este hallazgo tiene especial interés porque pone de relieve la atracción que un modelo de gestión particular (en este caso, el cooperativo) puede tener en la mejora de las tasas de emprendimiento de un territorio en particular.
Una lectura adicional de los resultados sitúa a las entidades de economía social (y, concretamente, a las entidades cooperativas) en la senda de consecución de los objetivos identificados en la Agenda 2030 de las Naciones Unidas, donde se identifican los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS). En concreto, estas organizaciones tienen un papel protagonista en el marco de los objetivos más vinculados con la actividad económica y empresarial, el ODS 8 (trabajo decente y crecimiento económico), ODS 10 (equilibrio y reducción de las desigualdades) y ODS 5 (igualdad de género).
La investigación, en definitiva, pone de relieve que un modelo de actividad empresarial con especial arraigo en la comunidad gallega, como son las sociedades cooperativas, pueden constituir una fuente eficaz de emprendimiento, contribuyendo a la mejora de la distribución territorial, al uso de recursos endógenos y al empleo de calidad. “Un modelo societario con probada resiliencia a adversidades económicas, y cuyo modelo de gestión y funcionamiento es especialmente atractivo para las mujeres. Un conjunto de organizaciones, en última instancia, más próximo al sistema económico que debe primar en el siglo XXI, circunscrito en un nuevo paradigma de actividad que combina el crecimiento económico con la sostenibilidad”, concluye la doctora Ana Olveira.