13/09/2007
CONFESAL propone incentivos fiscales para las sociedades laborales
El segundo en comparecer en la Subcomisión Parlamentaria de Economía Social fue el presidente de la Confederación de Sociedades Laborales (CONFESAL), Miguel Millana, quien hizo un balance de los últimos 10 años, destacando el “importante crecimiento de este sector”. Concretamente, el número de sociedades laborales ha pasado de 5.000 en 1997 a 20.000 en la actualidad. En el mismo periodo, el número de empleados en estas empresas ha pasado de 50.000 a 130.000.
Pese a “tan positivo balance”, Millana indicó que desde hace cuatro años se está registrando una paulatina disminución en la constitución de empresas de este tipo, destacando, no obstante, que dicha ralentización en el crecimiento “no influye en el balance final”, puesto que el crecimiento en el sector ha continuado “4 ó 5 puntos por encima de la media, a veces incluso 20 puntos por encima”.
Solución positiva al estancamiento
Desde Confesal buscan ofrecer una solución positiva al estancamiento que atraviesan las sociedades laborales y que, según el presidente de la confederación, tiene su origen en las carencias de la ley vigente. Millana sostiene que estas carencias no “se habían acentuado hasta ahora porque aún no había entrado en vigor la reforma laboral”, que ha motivado que para el emprendedor actual no sea tan ventajoso iniciar una actividad en este tipo de empresa.
El presidente de CONFESAL propuso impulsar una nueva ley que fomente la creación de más sociedades laborales mediante nuevos incentivos fiscales. En este sentido, Millana resumió su propuesta en dos líneas fundamentales: por un lado, ofrecer a aquellas sociedades laborales que cuenten con una estrategia para facilitar la adquisición de acciones a sus socios trabajadores un tipo del 20% sobre el Impuesto de Sociedades, cinco puntos menor que el que señalan las previsiones gubernamentales (25%). Y, por otro lado, crear mecanismos que faciliten a los trabajadores esa adquisición, estimulando, por ejemplo, la creación de una “cuenta ahorro empresa del trabajador”, de características similares a la cuenta vivienda, o con bonificaciones fiscales de hasta el 15%. De esta forma se reducirían los precios de las acciones, generándose así reservas en la empresa que se emplearían para favorecer la autofinanciación, nunca en concepto de bonus para distribuir.
Imagen: Miguel Millana.