17/02/2022
Las cooperativas de energía verde reaccionan frente a un contexto actual del mercado eléctrico altamente complejo
Unión Renovables, entidad que agrupa a 21 cooperativas que desarrollan la actividad de comercialización de energía eléctrica y que abastecen a más de 105.000 personas socias, ha publicado un comunicado para manifestar cómo está afectando a sus entidades asociadas el impacto de la subida del precio de la energía y las últimas medidas aprobadas por el Gobierno sobre el mercado eléctrico.
Hasta que los proyectos de generación de las cooperativas energéticas no adquieran la entidad suficiente para autoabastecerse, la comercialización de energía está sujeta a la coyuntura del mercado energético vigente, dominado por las grandes empresas energéticas. En este entorno, las cooperativas siguen trabajando para ser competitivas, manteniendo su filosofía, valores y trabajando en favor de las personas socias consumidoras.
El cambio del sistema tarifario que entró en vigor el pasado 7 junio ha obligado tanto a comercializadoras como a distribuidoras a adaptar sus sistemas de gestión. La adaptación por parte de las distribuidoras, sin embargo, ha derivado en un retraso en la aportación de las lecturas a determinadas cooperativas. Esta circunstancia ha provocado retrasos en la facturación y, por lo tanto, en su cobro, ya que no se han podido emitir las facturas correspondientes. Hay personas socias que se han visto en la situación de no poder hacer frente a facturas acumuladas, y en la mayoría de los casos las cooperativas han negociado un aplazamiento y fragmentación de los pagos.
No obstante, Unión Renovables lamenta sobre todo “la desmesurada evolución al alza” que ha experimentado el precio de la energía. La media de los precios mayoristas en 2020 se situó en los 33,96 €/MWh. Sin embargo, durante 2021 el precio medio de la energía eléctrica en el mercado ascendió a los 111,85 €/MWh, con picos históricos diarios de 400 €/MWh durante el mes de diciembre, mes que cerró con un precio medio de 239,17€/MWh.
El aumento de los Precios del Mercado Diario está afectando de forma directa tanto a los hogares que tienen contratada la tarifa regulada, como aquellos que están en el mercado libre, en el que se encuentran las cooperativas. En este contexto, las cooperativas están sufriendo tensiones de tesorería muy importantes. Por un lado, han de adelantar un importe mayor de dinero (dado que la cooperativa está obligada a pagar semanalmente al mayorista, y cobra cuando emite la factura, a final del periodo mensual) y, por otro lado, porque están obligadas a depositar unas garantías mayores para poder operar en el mercado.
El aumento del precio y de las garantías ha hecho necesario aumentar los fondos de cada cooperativa. Para ello, las cooperativas han debido convocar a su masa social, y explicar la situación en la que se encontraban, con una necesidad muy grande de liquidez inmediata. En determinados casos, esta situación ha provocado la necesidad de recurrir a financiación externa e incluso a solicitar a sus personas socias nuevas aportaciones al capital de forma voluntaria, que permitan cubrir las necesidades.
Por otra parte, la medida extraordinaria impulsada por el Gobierno, de reducción del IVA de las facturas del 21% al 10% ha impactado en las cooperativas, ya que dichas empresas pagan a las distribuidoras un 21% del IVA y repercuten a las personas socias un 10%. Se genera, por tanto, una diferencia, que se recupera en la declaración correspondiente de IVA, pero que entre tanto supone un adelanto de dinero por parte de las cooperativas, que se inmoviliza y al que no se le puede dar uso hasta que es devuelto por Hacienda.
Las cooperativas manifiestan por tanto que están realizando grandes esfuerzos para solucionar, minorar o anular los efectos negativos de los problemas que afectan a las personas socias, “no obstante, existen obstáculos que corresponde abordar a la Administración”, advierten.
A pesar de la presente tendencia alcista del precio de la energía, desde Unión Renovables destacan que el cooperativismo energético, “con su capacidad de resiliencia, es el mejor modelo que puede garantizar la soberanía y democratización energética de la ciudadanía ante el actual reajuste del sistema energético”.