03/02/2022
El CESE aprueba un nuevo dictamen que pide instrumentos financieros específicos para el desarrollo de la Economía Social
El pleno del Comité Económico y Social Europeo (CESE) aprobó el pasado 19 de enero el Dictamen ‘Instrumentos financieros innovadores – Empresas con impacto social’, cuyo ponente ha sido el consejero Giuseppe Guerini (Grupo III, actividades diversas), siendo co-ponente Marie-Pierre Le Breton (Grupo I, trabajadores). Según el dictamen, "se necesitan nuevos instrumentos financieros para que la economía social siga creciendo más allá del estímulo que suponen los programas públicos". El texto aboga también por la formación financiera como forma de mejorar la financiación del sector.
“La economía social sólo puede atraer inversiones adecuadas si existen instrumentos financieros específicos que equilibren el impacto social con una rentabilidad aceptable para los inversores y unos riesgos justos para las empresas sociales”, afirma el dictamen. A petición de la Presidencia francesa, que hará de la economía social uno de los ejes de su semestre al frente de la Unión Europea, el dictamen establece criterios para la creación de tales instrumentos financieros.
En opinión del CESE, las inversiones de impacto social deben cumplir criterios como tener un objetivo claro de crear un impacto social positivo; apoyar a empresas claramente definidas como empresas de la economía social; establecer niveles de expectativas basados en rendimientos económicos justos, sostenibles y transparentes; permitir que una parte de los activos se reinvierta en otras inversiones que persigan objetivos sociales; tener un impacto medible y un conocimiento adecuado de los objetivos de la inversión, y ser coherentes con los principios y valores de la empresa en la que invierten.
Margen de mejora
El CESE vuelve a reconocer en este dictamen que una economía social sana reduce la desigualdad, promueve la cohesión social y protege el medio ambiente. La UE ha identificado el sector como uno de los 14 ecosistemas clave en su estrategia industrial.
Sin embargo, a pesar del apoyo de la UE, los 2,8 millones de entidades y empresas de la economía social europea suelen carecer de capital para mejorar o ampliar sus servicios, ya que los instrumentos financieros dedicados a las empresas sociales, si bien se han desarrollado considerablemente en la última década, aún tienen margen de mejora.
El CESE considera importante que a la hora de llevar a la práctica los distintos planes nacionales de recuperación y resiliencia, los Estados miembros se dispongan a ejecutar con la financiación de NextGenerationEU una serie de acciones concretas para la economía social.
Entre ellas pone como ejemplo mecanismos de financiación del tipo «retribución según rendimiento» o «fondos de resultados» (Francia), para la implementación de políticas públicas, cuyo pago está vinculado a la consecución de unos resultados determinados.
Y la iniciativa desarrollada por el Gobierno finlandés de creación de un «centro especializado para inversiones de impacto», que canaliza asistencia técnica y profesional para apoyar las capacidades de los agentes que se proponen realizar inversiones con impacto social.
En palabras de Giuseppe Guerini, “es realmente necesario facilitar la conexión entre el mundo de la inversión privada y el de la economía social. Creemos que, con demasiada frecuencia, los operadores financieros tratan a las organizaciones de la economía social como de alto riesgo simplemente porque utilizan herramientas que se emplean habitualmente para evaluar otro tipo de empresas. Esto conduce a una clasificación errónea que tiende a subestimar las dimensiones más específicas de la economía social”.