18/07/2007
La Obra Social La Caixa presenta el libro <i>Buenas prácticas en la gestión del voluntariado</i>
La Obra Social La Caixa presentó la pasada semana en Madrid el libro Buenas prácticas en la gestión del voluntariado, una nueva herramienta para orientar a las distintas organizaciones en la gestión de sus equipos de voluntarios, con el fin de obtener el máximo provecho de su compromiso. La publicación fue presentada por el director del Área de Integración Social de la Fundación la Caixa, Albert López; la presidenta de la Plataforma del Voluntariado de España, Carmen Laviña, y el director general de Inclusión Social, del Ministerio de Trabajo y Asuntos Sociales, Manuel Porras.
El manual recoge una primera parte teórica, sobre las distintas partes del ciclo de gestión del voluntariado. La segunda parte destaca 28 experiencias de buenas prácticas, de otras tantas organizaciones, de tal modo que estos ejemplos "puedan ser útiles para muchas otras entidades".
La obra pone de manifiesto que en las últimas décadas el voluntariado se ha convertido en "un vehículo de participación ciudadana y en un importante motor de desarrollo social", y calculan que en España existen más de un millón de personas voluntarias que colaboran en más de 37.000 organizaciones.
Los autores -Pau Vidal, Ana Villa, María Sureda, Cristina Simón y Ana Hernando- indican que las ONG deben definir "qué competencias técnicas y motivaciones deben tener sus voluntarios" y añaden que la captación debe convertirse "en una actividad continua y estable". Además, dicen, las organizaciones tienen que ser "capaces de decir no a posibles voluntarios".
El libro también habla de la acogida de estos "agentes de transformación social" en las distintas organizaciones con las que colaboran. Desde el primer momento, indican los autores, el voluntario deber tener claras sus funciones y a quién dirigirse cuando le surjan dudas sobre su labor a desarrollar. "Es preciso evitar, en definitiva, la sensación de pérdida de tiempo por parte del voluntariado", dicen los autores, para añadir que debe existir una "figura clave", que es la del coordinador de voluntariado.
La importancia de la formación
Además, la guía hace hincapié en que este colectivo debe contar con "seguimiento y formación", además de "sentirse informados" y partícipes de la “dinámica de la organización”. "Un buen seguimiento puede permitir fidelizar o reorientar a los voluntarios. Éstos tienen que saber si las entidades están contentas con ellos. Y las entidades, por su parte, deben tener un cierto control sobre la tarea que llevan a cabo los voluntarios". Igualmente, los autores establecen que hay que evitar siempre que el papel de los voluntarios quede reducido a funciones auxiliares y periféricas.
El manual también aborda las relaciones de los voluntarios con el personal remunerado. "Las organizaciones tienen que incorporar el voluntariado a su modelo de gestión dedicándole recursos (...). Y también tienen que cambiar la cultura institucional, incorporando a voluntarios en todos los niveles de responsabilidad".
Finalmente afirman que los voluntarios de hoy en día "son diferentes a los de años atrás: suelen estar muy bien preparados, son exigentes y críticos, no se casan eternamente con ninguna entidad y quieren formar parte de proyectos y equipos de personas para contribuir a la mejora social".