18/02/2021
Laboral Kutxa obtiene un beneficio de 87 millones de euros en 2020, reforzando su liderazgo en solvencia
Laboral Kutxa ha logrado cerrar un ejercicio 2020 con notables elementos positivos, según la información hecha pública esta semana por la cooperativa de crédito de Mondragón. Un eficiente control de costes, el crecimiento de la inversión crediticia de empresas, de las formalizaciones hipotecarias y la aportación del negocio de seguros, han supuesto una generación de recursos que ha posibilitado una provisión extraordinaria por el COVID-19 de 65,7 millones de euros, con el objetivo de anticipar los previsibles efectos negativos de la pandemia, y aún así cerrar el ejercicio 2020 con un beneficio neto consolidado de 87,4 millones de euros.
En palabras de sus gestores, Laboral Kutxa “presenta una posición financiera destacada y un negocio de seguros consolidado, lo que afianza una base sólida para garantizar una senda sostenible de resultados en los próximos ejercicios”.
La cooperativa destaca por su solvencia, ya que el CET1 se ha situado en el 21,26% a cierre de ejercicio, lo que encumbra a Laboral Kutxa como líder en su mercado de referencia. Por su parte, la liquidez LTD se ha situado en un holgado porcentaje del 64,36%.
En cuanto al capítulo de la rentabilidad, gran reto del sector bancario de la última década, la entidad ha logrado un nivel en términos de ROE del 4,83%, que si se descontara el efecto de la dotación extraordinaria por la COVID-19, se elevaría hasta un muy destacado 7,75%.
Siguiendo con la información aportada por Laboral Kutxa, la buena evolución de los márgenes de negocio ha logrado compensar la significativa contribución de la cooperativa a la estabilidad del conjunto de sistema financiero, donde las aportaciones al Fondo de Garantía de Depósitos (FGD) y Fondo Único de Resolución de Entidades (FUR) han supuesto 32,8 millones de euros, y el importe del impuesto sobre depósitos ha ascendido a 6,5 millones de euros.
Laboral Kutxa continúa desarrollando una gestión eficiente sobre el apartado de gastos, que han descendido un 3,43% respecto a 2019.
La cartera de créditos no presenta ninguna evidencia de deterioro, más bien al contrario, ya que la asignación de dotaciones a saneamientos y otros deterioros ha descendido un 16,7%, extremando la prudencia.
Ante el previsible aumento de la morosidad contenida durante estos meses por las medidas establecidas para que empresas y familias pudieran superar lo peor de la crisis sin incurrir en impagos, se ha decidido anticipar una provisión singular de 65,7 millones de euros en previsión de los futuros efectos económicos adversos.
A pesar de la situación de crisis, la calidad de la cartera crediticia de la entidad ha permitido que el índice de morosidad no presente síntomas de deterioro a cierre de ejercicio, y que incluso haya descendido 42 puntos básicos en el transcurso de los 12 meses del año, hasta contenerse en el 3,31%, que se compara muy positivamente con la media de morosidad del conjunto del sector bancario (4,5%, según el último dato, de noviembre).
Como consecuencia, el beneficio bruto consolidado de 2020 ha sido un 32,9% inferior al ejercicio pasado, alcanzando los 103,1 millones, que tras descontar la carga fiscal de 15,7 millones de euros, el beneficio neto resultante se ha situado en 87,4 millones de euros, previo a la dotación a los fondos de obra social de la cooperativa.