20/06/2007
Cada euro invertido en voluntariado en la Comunidad Valenciana genera una riqueza de 7 euros
Un estudio sobre la Contribución del Voluntariado de la Comunitat Valenciana a la Contabilidad Nacional, encargado por la Fundación de la Solidaridad y el Voluntariado de la Comunidad Valenciana (FUNDAR) a la Universitat de València, y presentado el pasado martes, llega a conclusiones tales como que por cada euro que se invierte en voluntariado se genera una riqueza de 7 euros o que, si hubiera que valorar económicamente el trabajo de los voluntarios de la Comunidad Valenciana, éste ascendería a 218 millones de euros, una cifra que representa el 0,25% del PIB de la Comunidad.
Se trata de la primera investigación de esta naturaleza llevada a cabo en España, con el objetivo de valorar en términos económicos la labor desarrollada por los voluntarios que, aunque se presta de forma gratuita, aporta un gran valor a la sociedad. La investigación ha sido realizada por las profesoras de la Universitat de Valencia Inmaculada Serra y Antonia Sajardo.
Para el secretario autonómico de Prestaciones Socio-sanitarias de la Generalitat Valenciana, Francisco Reverte, el voluntariado se muestra así muy rentable no sólo socialmente: "Hasta ahora, tan sólo se había valorado el papel del voluntario por su aportación al capital social y por la humanidad y afecto demostrado hacia los sectores más necesitados de la sociedad". Sin embargo, gracias a este estudio conocemos que el voluntariado tiene también "un valor económico, conviertiéndose en un activo muy importante para la sociedad valenciana y para las Administraciones Públicas".
El estudio deja claro, por otra parte, que la actividad que desarrolla el voluntario la realiza gratuitamente pero tiene costes como son los de formación, seguros, gastos compensables (comida, uso de ordenador y desplazamientos) y el coste del personal remunerado dedicado a la contratación y gestión de estos gastos necesarios para el desarrollo de la acción voluntaria. En este sentido, las investigadoras Serra y Sajardo señalaron que, “cuanto más desarrollado está el Estado del bienestar y éste asume en mayor medida los costes del voluntariado, se moviliza un mayor volumen de voluntarios. Es el caso de Holanda, Canadá y Bélgica.”
La gerente de Fundar, Ester Fonfría, explicó que “el estudio se ha realizado a una población de 1.939 ONGS de la Comunitat Valenciana, cuya actividad voluntaria gira mayoritariamente en torno a la acción social (82%), seguida de la cooperación internacional (13%) y el medio ambiente (5%)”. El colectivo de voluntarios lo componen un total de 74.400 personas en la Comunidad Valenciana.
Perfil del voluntario
El perfil del voluntario valenciano es el de un hombre o una mujer, indistintamente, de edades comprendidas entre los 25 y los 59 años, preferentemente, aunque un 27% es menor de 24 años y un 23% mayor de 60 años. Los valencianos dedican al voluntariado una media de 30,1 horas al mes por voluntario; lo que supone un total de 26.873.280 horas al año, un tiempo equivalente al trabajo de 15.323 personas a tiempo completo. Si los voluntarios, en lugar de realizar este trabajo de forma altruista, cobraran por él, habría que pagarles 218 millones de euros, una cifra que equivale al 0,25% del PIB de la Comunidad Valenciana.
La investigación pone de relieve que las administraciones públicas asignan un total de 220 millones de euros a las entidades de voluntariado, a través de subvenciones y convenios. Esta aportación contribuye a que las organizaciones de voluntariado de la Comunidad Valenciana generen un nivel de producción efectivo de 650,3 millones de euros y un valor añadido de 487,7 millones de euros. Por este motivo, el estudio concluye que las organizaciones voluntarias valencianas generan un efecto multiplicador sobre la financiación pública de 2,2 en relación al valor añadido obtenido.
Por último, la investigación sobre la Contribución del Voluntariado de la Comunitat Valenciana a la Contabilidad Nacional recomienda a las instituciones apostar por incrementar el número de convenios públicos suscritos con entidades de voluntariado, en lugar de financiarlas vía subvenciones, para lograr una forma más estable y sólida de ayudarles económicamente, y permitir que las entidades de voluntariado puedan planificar sus proyectos a más largo plazo.