Actualidad del Observatorio Español de la Economía Social

16/04/2020

Las cooperativas valencianas, ejemplo de solidaridad y eficacia frente a la Covid-19

Desde el inicio de la crisis sanitaria, las cooperativas valencianas están llevando a cabo numerosas iniciativas de solidaridad y eficacia, constituyendo uno de los ejemplos más significativos y brillantes de respuesta del cooperativismo mundial frente a la pandemia. La Confederación de Cooperativas de la Comunidad Valenciana recuerda que junto a los casos más conocidos de las cooperativas Consum y Anecoop, que están garantizando el abastecimiento y la distribución a la población de bienes esenciales de alimentación, hay muchos más.

En el caso de Consum, además de reponer sus estanterías a diario está canjeando todos los vales de 60 euros entregados por la Conselleria de Educación a las familias beneficiarias de beca de comedor para asegurarles la adquisición de alimentos gratuitos mientras dure la suspensión de la actividad educativa.

Las cooperativas agroalimentarias siguen produciendo alimentos para atender una demanda que por momentos se dispara. Ahí está, por ejemplo, Anecoop, que ha constituido un comité de gestión de la crisis para coordinar y hacer un seguimiento de la actividad en estos días tan complicados y que acaba de anunciar que ha donado 7.500 kilos de fruta que llegarán, a través de varias instituciones benéficas, a los enfermos, personal sanitario y colectivos sociales más castigados por el coronavirus. Y esto es posible porque todas sus cooperativas socias están operativas, aplicando estrictos protocolos de seguridad.

El transporte, actividad absolutamente clave en estos momentos, es la pieza fundamental para que tanto los alimentos como otros productos básicos lleguen a sus destinos. Y las cooperativas de transportes, a pesar de encontrarse bajo presión y con muchas dificultades, continúan trabajando sin descanso.

Las cooperativas de trabajo asociado dedicadas de la atención a mayores y personas dependientes tampoco han parado: pese a la amenaza sanitaria, continúan prestando sus servicios en condiciones durísimas para cuidar de quienes son ahora más vulnerables, supliendo en muchos casos el papel de las familias en estos tiempos de confinamiento. Y lo mismo ocurre con las de limpieza, que suman a sus tareas habituales una especial desinfección de supermercados, hospitales y centros de trabajo.

Estos son los sectores más visibles estos días: distribución, agricultura, transportes y servicios a la comunidad. Pero las cooperativas valencianas han protagonizado muchas otras acciones que también merecen ser divulgadas. Una de las primeras cooperativas en reaccionar fue la de Viver, productora del prestigioso aceite, que en cuanto se decretó el cierre de bares y restaurantes anunció inmediatamente que retrasaría a sus clientes del castigado sector de la hostelería el plazo para pagar las compras realizadas.

O las cooperativas de crédito, atentas como siempre a las necesidades de sus socios y clientes. Caixa Popular informó el día 13 de marzo que disponía una línea de financiación para mitigar los efectos del coronavirus: hasta ahora son ya un total de 440 millones de euros los habilitados para ayudar a la economía valenciana en la crisis provocada por el COVID-19. También Cajamar y Caja Central de Orihuela, entre otras, están dando facilidades en el ámbito financiero y han puesto a disposición de empresas, comercios y autónomos líneas de crédito y préstamos.

Muchas pequeñas cooperativas de trabajadoras también están dando ejemplos conmovedores. Un grupo de cooperativas del sector textil y del calzado, como las aparadoras de Petrer Fil a Fil, han dejado de lado los zapatos y la indumentaria valenciana, sus actividades habituales, para poner sus máquinas de coser a confeccionar a destajo, de manera totalmente desinteresada, mascarillas de protección. También la gente de Sercoval, dedicada normalmente a los servicios sociales, está estos días cosiendo mascarillas. O Serlicoop, que presta servicios socio-sanitarios, ahora siguen cubriendo los servicios esenciales de Servicio de Ayuda a Domicilio y de limpieza. Otro ejemplo es la alicantina Makinacción, innovadora agencia de comunicación que ofrece gratuitamente durante este periodo asesoramiento en comunicación de crisis a pequeñas cooperativas y otros emprendedores.

Encontrar material de protección se está convirtiendo para muchos en un auténtico calvario y por eso toda ayuda es buena. La cooperativa de peluquería y estética, que da servicio a pequeñas empresas o autónomos dedicados a estas actividades, ha donado cajas de guantes de vinilo y nitrilo a Sanidad, ayuntamientos y al Hospital General. En la misma línea, otra cooperativa de servicios, Covalser, está suministrando materiales de protección a diferentes sectores cooperativos.

Y si importante es la protección individual, también lo es la colectiva. Las cooperativas agrarias no solo continúan produciendo y distribuyendo alimentos para que llenemos nuestras despensas, sino que han puesto su maquinaria a disposición de los ayuntamientos para desinfectar las calles de nuestros pueblos. Lo hizo primero La Alcublana, y la han seguido muchas otras, entre ellas Almassora, Onda, Torreblanca y Borriol, en la provincia de Castellón; Cohoca (Benifaió), Almussafes, Canso, en la de Valencia; y en la provincia de Alicante la Bodega cooperativa de Castalla. Probablemente serán muchas más en los próximos días porque la Federación de Cooperativas Agroalimentarias ha hecho un llamamiento a todas las cooperativas agrarias para que colaboren con las corporaciones locales en la realización de estas tareas necesarias para evitar la propagación del virus.

Un virus al que no se exponen todos por igual: ahí están en las calles los coches de las cooperativas de taxistas, con una importante exposición al contagio, pero garantizando los servicios mínimos.

Por otra parte, el aislamiento en casa está cambiando hábitos y rutinas y obliga a ser más creativos. El mundo online se está llenando de ofertas de entretenimiento y el cooperativismo no es ajeno. Uno de los ejemplos más destacables es la cooperativa Abacus, que ofrece productos y servicios culturales y educativos y que tiene seis tiendas en la Comunitat Valenciana. Dicha cooperativa está desplegando toda una serie de actividades a través de su página web (claves para fomentar la lectura, recursos didácticos, talleres, conferencias...).

Las cooperativas de enseñanza también siguen en activo, como todos los centros educativos, pero además han dispuesto colectivamente a través de la web de UCEV un buen número de recursos para ayudar a sus colegios a desarrollar su trabajo por medios telemáticos.

También funcionan eficazmente las cooperativas eléctricas, que continúan garantizando el abastecimiento de energía a empresas y hogares en muchas localidades de la Comunitat Valenciana, pero que además están reforzando el asesoramiento energético para la selección de tarifas adecuadas (Meliana, por ejemplo); habilitando teléfonos de emergencia (algo que ya han hecho, por ejemplo, Crevillent y Callosa d’En Segura); asegurando que no habrá cortes por impago (en Castellar y otras localidades), e incluso anunciando descuentos en la factura de marzo: las primeras en hacerlo han sido Alginet, Sot de Chera, Chera, Meliana y Guadassuar.

Desde la Confederación de Cooperativas de la Comunidad Valenciana nos recuerdan también que quienes centralizan y distribuyen el suministro a las farmacias, algo tan primordial en estos días, son las tradicionales cooperativas de farmacéuticos, de gran implantación en toda la Comunitat Valenciana.

Por último, aunque lamentablemente no menos importante, la cooperativa Divina Aurora de Xàtiva, que es líder estatal en el sector de arcas fúnebres, ha tenido que duplicar su producción y está trabajando a máximo rendimiento, doblando turnos de trabajo, para satisfacer una demanda tristemente creciente que llega estos días sobre todo de Madrid y Cataluña.

La Confederación de Cooperativas de la Comunidad Valenciana ha querido brindar un discreto homenaje a esas pequeñas y grandes cooperativas, de las que son socias más de dos millones y medio de personas en la Comunitat Valenciana, que estas semanas están dando, una vez más, una lección de solidaridad.

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