Actualidad del Observatorio Español de la Economía Social

08/11/2018

El IUDESCOOP acoge un foro de expertos para impulsar un modelo energético sostenible

Especialistas del mundo académico, científico, docente y económico han mostrado la necesidad “urgente” de aunar esfuerzos desde todos los ámbitos posibles para sustituir el modelo energético actual por uno más sostenible. Así lo manifestaron el pasado 27 de octubre en un foro organizado por el IUDESCOOP, de la Universitat de València, y la Plataforma por un Nuevo Modelo Energético, dentro de la iniciativa ‘València canvia pel clima’, que impulsa la concejalía de Energías Renovables y Cambio Climático del Ayuntamiento de València junto con las fundaciones València Clima i Energia y Las Naves. El foro estuvo coordinado por Pepe Talaverano, portavoz de la Plataforma por un Nuevo Modelo Energético, y la profesora Gemma Fajardo, codirectora del Máster en Economía Social del IUDESCOOP.

“El 3% es la tasa de crecimiento económico anual que todo el mundo da por buena como referencia deseable, con criterios como la creación de puestos de trabajo, etc. Pero muchas veces nos olvidamos de que si crecemos un 3% al año, en 25 años hemos duplicado las tasas de producción y de consumo, y en 50 años las habremos cuadruplicado. El planeta no es capaz de soportar eso”, señaló el Síndic Major de Comptes, Vicent Cucarella, durante una ponencia en la que abordó el problema desde la vertiente económica.

El Síndic explicó que el crecimiento económico es fundamental en una sociedad poco avanzada porque permite establecer una serie de servicios básicos como la sanidad, la educación o las infraestructuras básicas. Pero una vez esto está ya cubierto, continuar “creciendo por crecer”, puede llegar a provocar “más malestar que bienestar”. Y para ilustrar esta idea, afirmó: “Si tienes hambre y comes un plato de paella, genial; pero si te comes doce raciones, pues… te va a sentar mal”. Cucarella abogó por encontrar un “punto de equilibrio” en el que se consuman anualmente los recursos que el propio planeta pueda regenerar, “y eso, desgraciadamente, ya lo hemos superado desde los años 80”.

La catedrática de la Universidad de València Amparo Vilches, que tituló su ponencia “¿Un futuro sostenible?”, abordó el aspecto educativo de la problemática, aunque advirtió que “sin educación no hacemos nada, pero sólo con educación tampoco; hacen falta medidas políticas y económicas y también científicas y tecnológicas”. Para Vilches, el gran poder de la educación es el de “implicar a la ciudadanía”, puesto que para ella uno de los mayores enigmas es “¿por qué nos seguimos comportando como si no pasara nada cuando los problemas a los que nos enfrentamos son de la máxima gravedad?”.

El cambio climático y sus consecuencias

Una de las ponencias más impactantes fue la de la catedrática de geografía física María José Estela, presidenta de la Asociación Española de Climatología, quien expuso “con datos reales” la evolución de las temperaturas y las precipitaciones en la Comunidad Valenciana en los últimos 70 años. Estela explicó que en términos generales las temperaturas máximas y mínimas han subido ligeramente y que las precipitaciones se han mantenido o descendido un poco, lo cual en principio parece tranquilizador. Pero cuando los científicos han profundizado en el estudio pormenorizado de ambos parámetros han descubierto que en las zonas interiores o de montaña, donde se ubican las grandes masas boscosas y los acuíferos, el aumento de las temperaturas ha sido notorio y el descenso de las precipitaciones también, puesto que cada vez llegan menos precipitaciones “de origen atlántico” a la Comunidad Valenciana.

Por otro lado, las precipitaciones “de origen mediterráneo”, que afectan principalmente al litoral, han aumentado de forma significativa, lo cual, dado su carácter “torrencial”, aumenta sensiblemente el riesgo de inundaciones y daños tanto en zonas agrícolas como en núcleos urbanos. “Si unes ambas observaciones, las consecuencias son muy preocupantes: por un lado tenemos un interior cada vez más cálido, más seco y más inflamable, y por otro un litoral cada vez más expuesto a precipitaciones torrenciales con sus peligrosas consecuencias”, subrayó Estela.

“Las políticas públicas tienen una gran capacidad de cambiar el modelo energético que nos está llevando a una situación de emergencia”, aseguró por su parte Empar Soriano, de la fundación Las Naves, aunque también para ella el problema no es solo el modelo energético o medioambiental sino el propio modelo productivo. “Creo que es necesario un cambio estructural profundo para conseguir un planeta y un futuro más sostenible”, declaró la especialista en políticas públicas, aunque añadió que desde la Administración se podría contribuir mucho más combatiendo un buen número de prácticas contaminantes o energéticas abusivas.

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