24/04/2007
Antonio Sánchez Díaz de Rivera, diputado federal mexicano: 'Es muy importante promover la economía social para que exista cohesión social'
Antonio Sánchez Díaz de Rivera es en estos momentos presidente de la Comisión de Fomento Cooperativo y de la Economía Social, de la Cámara de Diputados de México, que en los últimos meses ha elaborado una ley general de empresas de economía social y solidaria, pionera en el mundo. El diputado se confiesa un entusiasta de la economía social, que viene promoviendo en los últimos años, porque la considera esencial tanto para el desarrollo local como para la reducción de las importantes desigualdades que todavía persisten en los países iberoamericanos. La pasada semana participó en Gijón en el Primer Encuentro Iberoamericano de la Economía Social, donde atendió al Observatorio Español de la Economía Social.
-Señor Sánchez Díaz de Rivera, ¿qué conclusiones ha extraído usted de este Primer Encuentro Iberoamericano de la Economía Social?
-En este Encuentro se ha vuelto a constatar que la economía social es muy importante en el momento que vivimos en el mundo, en Iberoamérica y en México, como realmente promotora del desarrollo local. Creemos que, aunque se haya mencionado ya en muchas ocasiones, sigue siendo importante recordar aquella frase de que cabe pensar globalmente pero actuar localmente. La economía social precisamente eso es lo que hace, pero no solo ello sino que ciertamente puede lograr que la falta de equidad que todavía existe en nuestros países se pueda ir reduciendo. Creo en definitiva que es muy importante que la economía social se promueva para que exista cohesión social.
-Una de las cosas que más ha llamado la atención en este Encuentro es que precisamente en su país se está tramitando una Ley General de Empresas de Economía Social. ¿Qué nos puede comentar usted de esta nueva ley?
-Ciertamente así es. Hace una semana presenté en la Cámara de Diputados esa Ley, que como usted dice es una Ley General de Economía Social y Solidaria, que reglamenta el artículo 25 de nuestra Constitución en México. Tanto la economía de iniciativa privada como la del sector público ya disponían de leyes que las regularan y, sin embargo, nos parecía que faltaba esa Ley general para la economía social. En esta Ley se están estableciendo dos cosas que son muy importantes. Por un lado, un instituto que pueda armonizar las políticas públicas, los programas del Gobierno Federal, para que verdaderamente se promueva la economía social de manera eficiente. Por otro lado, establece la creación de un Consejo de las Entidades del Sector Social, que será representativo de todo este sector en México. También me parece importante resaltar que todos los partidos políticos que pertenecen a la Comisión de Fomento Cooperativo y de la Economía Social, que yo presido en la Cámara de los Diputados, firmaron esta Ley. Me estoy refiriendo al PRI, al PRD, al PAN, a Convergencia y al PT. Quiere esto decir que la Ley se ha realizado por consenso y espero que en estos días sea definitivamente aprobada, tras su paso por el Senado en su tramitación final.
-¿Qué peso tienen las empresas de economía social en México y cuáles son sus principales características?
-Las cooperativas desde luego tienen una gran importancia en México y una de las cosas que establece esta Ley es un registro nacional, porque me parece que hoy por hoy no tenemos cifras muy exactas al respecto. Quizás se ha avanzado mucho en lo que se refiere a las cajas de ahorro y crédito popular, que ya disponen de algunas estadísticas. Pero una de las cosas que tratamos de establecer con esta nueva ley es la creación de un registro para tener precisión, exactitud de cuál es el inventario, por así decirlo, del sector de la economía social. Por otra parte hay 19 programas del Gobierno Federal que están trabajando en la economía social, en beneficio de agencias de desarrollo local y de distintas empresas sociales. Y desde luego en México tenemos una serie de empresas diversas como pueden ser las propias cooperativas, o las sociedades de producción rural o los ejidos, que llevan tantos años y son tradicionales en México, todas ellas trabajando en beneficio de la sociedad.
-¿Qué papel desempeña o debería desempeñar la universidad en el fomento de la economía social?
-El papel que desempeña es ciertamente escaso. Tenemos la universidad de Creta, por ejemplo. La Universidad Iberoamericana en Puebla ha tenido mucha relación con el CEPES Andalucía y ahora mismo estamos iniciando un diplomado de parte de la Cámara de los Diputados, también con la Iberoamericana. En los últimos años ha habido una inquietud, una preocupación por la economía social pero todavía me parece a mí que la aportación es escasa. No obstante, sí que necesitamos que la universidad se involucre totalmente en la economía social y solidaria, y necesitamos también, como aquí se ha presentado, el que haya proyectos y programas de formación de impulso emprendedor desde incluso las enseñanzas infantiles para que se cree esa actitud favorable al emprendimiento. Ya en México hay algunos programas de impulso a este sentimiento emprendedor pero me parece que deberíamos tener un capítulo para aquellos que quieran dedicarse específicamente a promover cooperativas o cualquier otra figura de la economía social. Creo que hay que promover el aspecto emprendedor para la iniciativa privada en general, pero también para estas empresas que son tan importantes para el desarrollo local y para la lucha contra la inequidad en nuestros países.
-Por último señor diputado, durante el Encuentro se ha dibujado un panorama político de Latinoamérica ciertamente difícil, caracterizado en la actualidad por una importante fragmentación. Sin embargo, llama la atención que en el ámbito de la economía social el grado de acuerdo entre los representantes de los diferentes países es muy elevado ¿Podría ser la economía social un activo para la integración de Latinoamérica?
-Sí, sí es posible. Es verdad, de todos modos, que se está generando una división política importante en Latinoamérica. Eso sin duda existe. Me parece que estamos volviendo, y es una lástima, a luchas ideológicas ya superadas, y eso es una realidad. Pero, por otro lado, la propia economía social, sus principios, sus valores de democracia participativa, de ayuda mutua y de solidaridad hace que efectivamente ahí haya una amistad especial de quienes estamos metidos en ella. Y creo que eso puede ayudar y dar esperanzas para que a pesar de que en algunos gobiernos ahora exista una importante fragmentación, en lo referente a la economía social y a sus entidades y organismos no se dé lo mismo y, es más, que se configure como un factor de unidad dentro de los países y entre nuestros países. Espero que la Ley que estamos aprobando ahora en México dé pie para empezar a construir el marco que contribuya precisamente a esa unidad.