29/05/2014
Susana Iglesias Webering, primera alumna del IUDESCOOP en obtener un doble doctorado en Economía Social con mención internacional
El pasado viernes, 23 de mayo, tuvo lugar en la Universidad Federal de Río de Janeiro (Brasil) la lectura y defensa de la tesis doctoral de Susana Iglesias Webering, alumna del Programa Doctorado Oficial en Economía Social (Cooperativas y entidades no lucrativas) del IUDESCOOP -Instituto Universitario de Economía Social, Cooperativismo y Emprendimiento-. La tesis, titulada “Autogestión y cooperación bajo una perspectiva cooperativista y sistémica: el contexto cooperativo español y brasileño”, obtuvo la calificación de sobresaliente, logrando su autora el título de doble doctora, con mención internacional, por la Universidad de Valencia y la mencionada universidad brasileña.
Los directores de la tesis han sido los profesores José Luis Monzón Campos y Michel Jean-Marie Thiollent. Según explica la autora, la investigación parte de una crítica a los estudios organizacionales, la búsqueda de alternativas al modelo dominante de organización empresarial y a la configuración del trabajo capitalista. El objeto del estudio es el emprendimiento autogestionado representado por la cooperativa, abordando el problema de la cooperación frente al crecimiento.
El fin último es desarrollar una concepción teórica actualizada sobre las posibilidades del emprendimiento autogestionado. Para ello se inicia una búsqueda bajo un enfoque sistémico y complejo del fenómeno de la cooperación, desarrollando un debate cualitativo, interpretativo y reflexivo de conceptos y teorías que ayudan a comprender la realidad cooperativa, interpretando el objeto en su historia, en su devenir y en su práctica.
La cooperación es esencial
La conclusión más importante a la que se puede llegar en esta investigación es que la cooperación es esencial para la vida en sociedad, lo que explica el hecho de que las cooperativas sigan emergiendo incluso en un ambiente hostil, que paradójicamente está dominado por bases utilitaristas, competitivas e individualistas.
Las cooperativas pueden ser viables, con la posibilidad de desarrollarse manteniendo su identidad, ya que se basan en un tipo más sofisticado de cooperación, donde un proyecto colectivo compartido y construido por los miembros permite que ejerzan su autonomía mediante el desarrollo de la autogestión, incluso en medio de fuertes tensiones (internas y externas).
La profesora Iglesias concluye que al contrario de lo que se ha difundido, “no somos solamente competitivos, somos también cooperativos, y nuestro conocimiento y forma de desarrollo necesita ser urgentemente reconstruido”.