Actualidad del Observatorio Español de la Economía Social

13/02/2014

La Fundación ONCE celebra un taller para explorar la contribución de la discapacidad a los objetivos de la UE 2020

La discapacidad “puede y debe” contribuir a la creación de un modelo de desarrollo que combine sostenibilidad ambiental e inclusión social activa en el marco de la economía social. Esta es una de las conclusiones del taller de reflexión ‘Caminando hacia los objetivos UE 2020: Fondos Estructurales, discapacidad y economía baja en carbono’, organizado esta semana por Fundación ONCE.

Durante la jornada, el director de Relaciones Sociales e Internacionales y Planes Estratégicos de Fundación ONCE, Miguel Ángel Cabra de Luna, explicó que es posible la contribución de las personas con discapacidad al cumplimiento de los objetivos de la Europa 2020, en concreto, a alcanzar los metas vinculadas a la transición hacia una economía baja en carbono y la lucha contra el cambio climático en el marco de las prioridades de inversión de la Política de Cohesión 2014-2020.

En este periodo 2014-2020, Cabra de Luna se refirió también a la accesibilidad, “en la que España es puntera”, como uno de las principales claves de la política de cohesión, que se vertebrará a través de fondos estructurales, con el objetivo de que el apoyo a la accesibilidad se convierta en un “nuevo norte”, también a nivel europeo “y en un elemento de la Marca España”, contribuyendo a un aumento de la competitividad general.

Hacia un modelo más eficiente e inclusivo

Por su parte, el director corporativo de Alianzas, Sinergias y RSC de las empresas de la ONCE y su Fundación, Fernando Riaño, señaló que ahora más que nunca, Europa debe ser capaz “de competir con una mayor eficiencia con las potencias emergentes y no tan emergentes en un mercado mundial globalizado” y añadió que en este periodo 2014-2020 “se abre una nueva ventana a oportunidades para impulsar el anhelado cambio hacia un modelo productivo más eficiente e inclusivo donde prime la igualdad de oportunidades”.

Así, subrayó el reconocimiento de la discapacidad “como una prioridad en la inversión” en Europa, lo que conlleva que los Estados miembros “deberán dedicar fondos a la formación, al empleo e inclusión de las personas con discapacidad, así como a la accesibilidad”.

Según aseguró, la Fundación ONCE y su grupo empresarial -con más de 30 empresas de la economía social en sectores como el ocio, la accesibilidad, el turismo o los servicios socio-sanitarios, y donde más del 70% de las personas que componen sus plantillas tienen alguna discapacidad- demuestran que es posible el crecimiento sostenible y responsable e inclusivo, “centrado en el talento de las personas con discapacidad”.

Migración a una economía baja en carbono

Por último, el subdirector general de Programación Territorial y Evaluación de Programas Comunitarios de la Dirección General de Fondos Comunitarios del Ministerio de Hacienda y Administraciones Públicas, Jorge García Reig, afirmó que para favorecer la transición hacia una economía baja en carbono se contemplan, entre otros objetivos, la eficiencia energética, el fomento en la producción de energías renovables, y el apoyo a la investigación, innovación y adopción de tecnologías de baja emisión de carbono.

Según explicó, en este periodo las regiones ricas están obligadas a emplear, en general, un 80% de sus recursos en I+D+I, mejora de la competitividad de las pymes, uso y calidad de las TIC y en la economía baja en carbono. A esta última, señaló, se dedicará un 20% de toda la programación europea, al tiempo que aseguró que desde el Estado las ayudas a este objetivo serán de un total de 2.300 millones de euros.

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