05/09/2006
Las mutuas impulsan la redacción de un código de buenas prácticas
España es el país con mayor siniestralidad laboral de la Unión Europea. En 2005, según los datos de la Asociación de Mutuas de Accidentes de Trabajo (AMAT), se produjeron 999.041 accidentes que tuvieron como consecuencia una baja laboral, lo que supuso un coste, según un estudio de Comisiones Obreras, de 13.000 millones de euros en bajas médicas y jornadas de trabajo pérdidas.
Ante la dimensión alcanzada por el número de accidentes, AMAT, que agrupa a las 26 entidades que se encargan de gestionar el dinero que empresarios y autónomos pagan para cubrir las contingencias que se deriven de los accidentes de trabajo y profesionales, firmó ayer en el Ministerio de Trabajo y Asuntos Sociales un compromiso para impulsar la redacción de un código de buenas prácticas y transparencia en el sector.
Durante el pasado año, las cuotas gestionadas por las mutuas ascendieron a 6.300 millones de euros, equivalentes al 96% de lo recaudado por la Seguridad Social. Una parte de ese dinero se destina a financiar la gestión privada que las mutuas hacen de la recaudación, un pastel demasiado jugoso que provoca que muchas veces éstas hagan distintas interpretaciones de la norma, en especial a la hora de captar nuevos afiliados o en la fidelización de mutualistas.
El código de buenas prácticas es la respuesta, según aseguró ayer Octavio Granado, secretario de Estado de la Seguridad Social, a la necesidad del sector de abrir un proceso de autorregulación para acabar con las dudas que autónomos y empresas suelen tener sobre el funcionamiento de las mutuas. 'Es el mejor inicio para que las mutuas mejoren sus prácticas, distingan qué actuaciones son admisibles y cuáles no, y eviten la competencia desleal entre ellas'. Así, Granado destacó que mientras que en Europa los ámbitos de actuación de las mutuas se dividen por demarcaciones territoriales, en España compiten entre sí para mutualizar empresarios y autónomos, 'por lo que era necesario establecer un marco que permita una mayor transparencia y una mejor colaboración entre la Seguridad Social y las propias mutuas'.
La redacción de un código de buenas prácticas se producirá por la propia naturaleza de las mutuas, que son asociaciones privadas de empresarios, no tienen ánimo de lucro y a la vez son entidades colaboradoras de la Seguridad Social. La delgada línea que separa el beneficio empresarial y la prestación de un servicio financiado con dinero público para empresas y particulares ha sido sobrepasado en determinados casos, como ocurre en la captación de nuevos mutualistas. Por este motivo, el texto no se limitará a determinar cuáles serían las prácticas adecuadas, sino que, además señalará las actuaciones, además de las que vulneren la legalidad vigente, que deben quedar excluidas, como cualquiera que menoscabe el patrimonio de la Seguridad Social, que otorgue beneficios que superen el ámbito de las prestaciones reglamentarias o que financie actividades ajenas de carácter divulgativo o docente.
13,4 millones de pacientes y 1,6 millones de empresas
En 2005, las 26 mutuas de accidentes de trabajo asociadas en AMAT dieron cobertura a 1,6 millones de empresas, el 97% del total, y a 13,4 millones de trabajadores, el 89,1% del total.
La cobertura de las contingencias profesionales con una mutua de accidentes de trabajo es totalmente voluntaria, pudiendo tanto el empresario como el autónomo optar también por cubrir estas contingencias a través de una entidad gestora de la Seguridad Social.
Independientemente de la opción escogida, el contenido y alcance de la obligación de cotizar es exactamente el mismo, así como la cuota a pagar, por lo que la elección que la empresa o el trabajador por cuenta propia realice sobre la mutua que le gestione la cobertura estará basada en criterios como la cercanía o el número de oficinas.